viernes, 27 de enero de 2012

LEWIS CARROLL


CHARLES LUTWIDGE DODGSON (Daresbury, 1832 — Guildford, 1898), más conocido como LEWIS CARROLL, fue profesor de Matemáticas en la Universidad de Oxford durante casi treinta años, además de autor de varias obras científicas, entre ellas Euclides y sus rivales modernos (1879) y El juego de la lógica (1886). En 1856, Dodgson descubrió la que sería una de sus pasiones: la fotografía. Así, a lo largo de más de veinte años, realizó una serie de tres mil retratos de los que apenas se conservan mil.
Pero la verdadera fama no le llegaría hasta la publicación de Alicia en el país de las maravillas (1865) que, acompañada por las ilustraciones de sir John Tenniel, tuvo un éxito inmediato, así como su secuela A través del espejo (1871). Más adelante publicaría diversos cuentos y poemas, entre ellos La caza del snark (1876) y los dos volúmenes de Silvia y Bruno (1889-1893), ilustrados por Harry Furniss. Murió en 1898, a la edad de sesenta y cinco años.

martes, 17 de enero de 2012

Si pincháis en este blog, podéis encontrar un concurso de relato corto para jóvenes de vuestra edad. ¡Animaros!

http://asociacion-muchocuento.blogspot.com/2012/01/xi-concurso-de-relato-corto-de-iznajar.html

LOS JARDINES SECRETOS, por Inés Herrero



Inés Herrero, de nuestro taller, quedó finalista con este relato en el Certamen de Relato Corto Jardines Secretos, de Marina de Cuyedo. ¡Enhorabuena! Estamos tan contentos que lo publicamos a continuación:

Mientras su vista se nubla, puede distinguir cómo la última hoja amarillenta se posa en la tierra extinta que le rodea. ¿Dónde han ido las flores? ¿En qué lugar se ocultan los indefensos animales? Nada crece ya a su alrededor.
Al echar la vista atrás, todavía recuerda el esplendor de aquellos campos, el roce del sol sobre los pétalos de arco iris y la suave brisa que danzaba entre las ramas. Eran felices.
Y cómo olvidarse de ella; larga melena castaña, delicada piel de porcelana, mirada mansa y ese infinito amor por cada segundo a su lado.
No fue mucho el tiempo que compartieron en aquel paisaje de cuento, algo oscuro se escurría entre la maleza, acechando.
Ella fue la primera en caer, no se lo culpa. Él dudó, pero cómo negarse ante esos ojos, esa inocencia sin atisbo de preocupaciones, "sólo un mordisco" fue lo que dijo.