domingo, 26 de enero de 2014


BASURA, por Álvaro García.

Nadábamos en la mierda que inundaba la ciudad. Era plenamente feliz, rectifico, éramos plenamente felices, la gente ya no se tiraba desde los balcones más que para caer sobre las cantidades de basura que adornaban las aceras. El resto sin despegarse del televisor, socialmente aceptado como contenedores  individuales, donde la gente depositaba su esperanza, y ésta era devuelta  en pequeñas dosis de calmantes. Y cuanto más tomábamos, menos nos importaba revolcarnos en el fango, y cuanto más nos ahogábamos en esta mierda social, más reíamos.

Así fue como aprendimos a nadar en el lodo.

sábado, 11 de enero de 2014

 
SOLA
por Ángela Sánchez
 
 
 
Caminaba por los pasillos del colegio, sintiéndose mal por todo lo ocurrido y por haberle mentido a su mejor amigo, desde que tenían por lo menos cinco años. Lo había hecho, por primera vez en su vida. Se sentó en frente de una pared gris, deseando no existir y que se la tragase la tierra. Cerró los ojos y sintió despegar del suelo, abandonar el colegio, sentirse libre y no volver jamás. Tocaba las nubes, su rostro se humedecía, y el aire la animaba a seguir subiendo. Alguien, entre el silencio, gritaba su nombre, desde la distancia, pero ella no oía más que un lejano murmullo. Se tumbó en una nube, y sintió la suavidad de la misma, hundiéndose en ella... La voz se acercaba más, y podía notar que alguien se aproximaba. Descendió ligeramente y de pronto tocó el suelo. Abrió los ojos. Estaba sentada en el pasillo frío, frente a la pared gris.