Blog creado por el taller de jóvenes escritores impartido por Carmen Peire, para compartir relatos de jóvenes, aficiones literarias, libros y todo lo relacionado con la literatura
miércoles, 5 de marzo de 2014
martes, 18 de febrero de 2014
La rana que quería ser una rana auténtica. AUGUSTO MONTERROSO
Augusto Monterroso
Había una vez una rana que quería ser una rana auténtica, y todos los días
se esforzaba en ello.
Al principio se compró un espejo en el que se miraba largamente buscando su
ansiada autenticidad. Unas veces parecía encontrarla y otras no, según el humor
de ese día o de la hora, hasta que se cansó de esto y guardó el espejo en un
baúl.
Por fin pensó que la única forma de conocer su propio valor estaba en la
opinión de la gente, y comenzó a peinarse y a vestirse y a desvestirse (cuando
no le quedaba otro recurso) para saber si los demás la aprobaban y reconocían
que era una rana auténtica.
Un día observó que lo que más admiraban de ella era su cuerpo,
especialmente sus piernas, de manera que se dedicó a hacer sentadillas y a
saltar para tener unas ancas cada vez mejores, y sentía que todos la aplaudían.
Y así seguía haciendo esfuerzos hasta que, dispuesta a cualquier cosa para
lograr que la consideraran una rana auténtica, se dejaba arrancar las ancas, y
los otros se las comían, y ella todavía alcanzaba a oír con amargura cuando
decían que qué buena rana, que parecía pollo.
sábado, 15 de febrero de 2014
Maratón de la escuela de cuenta cuentos.
AQUÍ SE CELEBRARÁ la tercera maratón de la Escuela de Cuentacuentos, el sábado 22 de febrero, de 12 de la mañana a 3 de la tarde. Será en la Casa del lector, en el antiguo Matadero. Plaza de Legazpi.
lunes, 10 de febrero de 2014
Consejos para jóvenes escritores, por Ray Bradbury
Open Culture ha publicado recientemente un resumen de los doce consejos para jóvenes autores de Ray Bradbury. Como ocurre siempre en todo este tipo de decálogos o dodecálogos sobre la escritura, podemos estar más o menos de acuerdo con ellos, pero siempre son interesantes para echarles un vistazo. Así que aquí van:


1. No empieces escribiendo novelas.
Llevan demasiado tiempo. Comienza tu escritura con relatos cortos, al menos uno a la semana. Dedica un año a hacerlo; Ray dice que es imposible escribir 52 malas historias seguidas. Él esperó hasta tener 30 años antes de escribir su primera novela, Fahrenheit 451. “Valió la pena la espera, ¿verdad?”2. Puedes amarlos, pero no puedes ser ellos.
Ten en cuenta que, inevitablemente, consciente o inconscientemente, intentarás imitar a tus escritores favoritos, del mismo modo que él intentó imitar a H.G. Wells, Jules Verne, Arthur Conan Doyle o L. Frank Baum.3. Examina los cuentos de “calidad”.
Bradbury sugiere Roald Dahl, Guy de Maupassant, o los menos conocidos Nigel Kneale y John Collier. Sin embargo, el material de hoy en día del New Yorker no le parece recomendable, ya que le parece que sus historias no contienen metáforas.4. Amuebla tu cabeza.
Ray Bradbury sugiere un curso de lectura a la hora de dormir: un cuento, un poema (pero de Pope, Shakespeare o Frost, no “basura” moderna), y un ensayo. Estos ensayos deben provenir de diversidad de campos, incluidas la arqueología, zoología, biología, políticas y literatura. Tras mil noches, estarás lleno de cosas!5. Aléjate de los amigos que no creen en ti.
¿Se meten con tus ambiciones de escritura? Despídelos sin demora.6. Vive en la biblioteca.
Ray no fue a la universidad, pero sus insaciables ansias de lectura le permitieron graduarse en la biblioteca a los 28 años.7. Enamórate de películas.
Preferiblemente de las antiguas.8. Disfruta escribiendo.
Ray nos comenta que escribir no es un negocio serio. Si escribir una historia empieza a parecerse a un trabajo, apártala y empieza otra que no lo sea.9. No planees ganar dinero.
Ray y su mujer, quien “juró voto de pobreza al casarse con él”, tuvieron 37 golpes con el coche antes de poder permitirse comprar uno nuevo.10. Anota diez cosas que ames y diez cosas que odies.
Luego escribe sobre ellas. Haz lo mismo con tus miedos.11. Escribe cualquier cosa vieja que te venga a la cabeza.
Ray recomienda la asociación de palabras para romper cualquier bloqueo creativo.12. Recuerda, con la escritura lo que estás buscando…
…es sólo una persona que venga y te diga: “te quiero por lo que haces”. O, en su defecto, estás buscando alguien que aparezca y te diga: “No estás tan loco como la gente dice.”domingo, 26 de enero de 2014
BASURA, por Álvaro García.
Nadábamos en la mierda que inundaba la ciudad. Era
plenamente feliz, rectifico, éramos plenamente felices, la gente ya no se
tiraba desde los balcones más que para caer sobre las cantidades de basura que
adornaban las aceras. El resto sin despegarse del televisor, socialmente
aceptado como contenedores individuales,
donde la gente depositaba su esperanza, y ésta era devuelta en pequeñas dosis de calmantes. Y cuanto más
tomábamos, menos nos importaba revolcarnos en el fango, y cuanto más nos ahogábamos
en esta mierda social, más reíamos.
Así fue como aprendimos a nadar en el lodo.
sábado, 11 de enero de 2014
SOLA
por Ángela Sánchez
Caminaba por los
pasillos del colegio, sintiéndose mal por todo lo ocurrido y por haberle
mentido a su mejor amigo, desde que tenían por lo menos cinco años. Lo había
hecho, por primera vez en su vida. Se sentó en frente de una pared gris,
deseando no existir y que se la tragase la tierra. Cerró los ojos y sintió
despegar del suelo, abandonar el colegio, sentirse libre y no volver jamás.
Tocaba las nubes, su rostro se humedecía, y el aire la animaba a seguir
subiendo. Alguien, entre el silencio, gritaba su nombre, desde la distancia,
pero ella no oía más que un lejano murmullo. Se tumbó en una nube, y sintió la
suavidad de la misma, hundiéndose en ella... La voz se acercaba más, y podía
notar que alguien se aproximaba. Descendió ligeramente y de pronto tocó el
suelo. Abrió los ojos. Estaba sentada en el pasillo frío, frente a la pared
gris.
jueves, 4 de abril de 2013
Sueños por el
precipicio
Inés Herrero
Gris, dura, cortante roca. No quiere moverse, sus manos
aferran el tiempo, mientras su cabeza golpea el suelo irregular. Mira sin
ver, tantea curvas conocidas, se enreda en esa telaraña que nunca
cederá, almuerzo de una tarántula. Roza un cielo oscuro, muerto, soportando el
aire furioso que acomete contra su lomo, salvaje, sin pausas.
Cae en picado, cien pies sin rumbo que se estrellan contra
una masa transparente. Se hunde entre espuma, blanca y suave. Escucha
el susurro entre las leves ondas que desdibujan su recuerdo, ve los ojos verdes
de la sirena, ve los tentáculos del inmenso calamar, la cola blanca de la
colosal ballena… siente las burbujas que encierran los últimos suspiros, escapa
de la tristeza de los amantes separados y sucumbe entre los sueños de un
romántico suicida.
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