¡Orden en la sala!
Andrés Álamo Cienfuegos
¡Aquí el único que pone orden soy yo!
–exclamó el juez – tiene la palabra el señor fiscal
-Con la venia, señoría …
- Señor fiscal, haga el favor de colocar su
abrigo en la percha. La silla no es un lugar adecuado para un abrigo, ni en un
juzgado ni en ningún sitio.
- Como decía, con la venia, opino que el
señor Corcubielo disparó con evidente alevosía y premeditación a la cabeza del
señor Plaza, pese a que este portaba un martillo, ya que, tal y como demuestran
las pruebas, el señor Corcubielo guardaba en su casa la pistola, que…
- Suficiente- cortó el juez. Tiene la palabra
la señorita abogada de la defensa
- Muchas gracias señor juez
- No hay de qué, señorita abogada…
- Con la venia, señoría antes de culpar al
señor Corcubielo de semejantes actos, hay que contar con que el señor Plaza
amenazó repetidas veces con…
- ¡Orden en la sala! Volvió a decir el señor
calvo
- ¡Por dios, cállese ya! El juez miró el
reloj y soltó un aparatoso resoplido. Se frotó los arrugados carrillos de su
cara. Cortó a la abogada de la defensa en mitad del discurso.
- Para mí este caso está más que claro. El
señor… -miró los papeles- Corcubielo, es decir, el defendido de la señorita
abogada actuó en… defensa propia en un estado de… enajenación, si, enajenación…
bueno, señores, creo que ya es hora de irse. Se levanta la sesión, se declara
inocente al acusado.
-Pero señoría… dijo el fiscal
- La sesión ha terminado. He dicho.
- Orden en la sala… - murmuró el señor calvo,
mientras todos se iban.
Me gusta mucho la capacidad de Andrés de plasmar situaciones solo con diálogos.
ResponderEliminarMuy chulo. Como dice Carmen, con una escena has escrito un cuento. Eso no es tan fácil. Enhorabuena.
ResponderEliminar¡Muy bueno, te felicito!
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