Los párpados le pesaban como un martillo sobre un yunque. Los
huesos estaban completamente rígidos, y los labios blancos y agrietados.
En su rostro, sudor congelado, y la sangre de la cara, de
tanto apretarla contra la almohada, se había quedado atrapada.
"¿Éste es el único motivo por el que nací?", pensó, "¿entregarme
a la muerte?"
Intentó levantarse
de la cama, pero no fue capaz. Su cuerpo no respondía. Escupió una nubecilla de niebla y se dejó llevar hacia la luz para llegar a un destino inalcanzable,
mirando hacia la Muerte.
"Mi nombre cayó en el olvido y nací para morir".
Lo que más me llama la atención es que a un chico de 12 ańos le guste Kafka. Gracias, Carmen por tus enseñanzas. El microrrelato me parece sencillamente impresionante, pero no sé si será pasión de madre...
ResponderEliminarEsa nubecilla de niebla...¡qué bueno!
ResponderEliminarHola soy Lola y tengo 17 años, supongo que me considero una escritora joven, amo escribir y ordenar un poco mi cabeza, se que soy principiante pero me gustaria que me ayudaras a tener un poco de lectores aca te dejo el link de mi blog http://lindafalsedad.blogspot.com
ResponderEliminarEse Kranke!
ResponderEliminarEste texto es precioso
ResponderEliminarQué agradable leer este texto, los invito a que pasen por mi blog, soy nueva, no les robo mucho tiempo pero sobre todo, valdrá la pena.
ResponderEliminarmuy bueno
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