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Blog creado por el taller de jóvenes escritores impartido por Carmen Peire, para compartir relatos de jóvenes, aficiones literarias, libros y todo lo relacionado con la literatura
jueves, 3 de marzo de 2016
miércoles, 24 de febrero de 2016
domingo, 6 de diciembre de 2015
ALGO PEGAJOSO, por Lucía Sánchez
ALGO PEGAJOSO
Aquel
hombre llevaba todo el día perforándome la cabeza. Nada más llegar a la puerta
del trabajo se me acercó con un gesto de torpeza. Me rozó el hombro y con
demasiada confianza me rodeó la cadera.
Yo,
recelosa ante su reacción, tras aquel despiste nocturno en el que sin saber
porqué acabé en la cama de un hostal de mala muerte, sin ropa y con un becario
escuálido como acompañante, aparté su mano de mi desaliñado pantalón y le
otorgué una mirada de asco digna del puré de espinacas.
Subimos
en el ascensor hasta la décima planta; yo apartándome de su lado y él
acercándose a mí.
La
jornada se hizo larga y pegajosa, demasiado pegajosa. Él me miraba, yo me
asqueaba. Él se acercaba, yo me alejaba.
Tocaron
las cuatro en punto, cogí mis cosas y con aquellos andares desganados y
resacosos me colé en el ascensor… ¡Mierda! El estaba allí!
-No.
Gracias.
-¿No
quieres compañía?
-Creo
que no. No ahora mismo.
-¿Estás
segura?¿Te encuentra bien?
-Me
encuentro bien.
La
puerta del ascensor se abrió y yo sin mirar atrás salí del edificio. Tomé el
primer autobús. Cuando llegó a la última parada entré en el bar que había
enfrente y pedí una copa del alcohol más barato y rancio que hubiese. Aquella
copa, ¡oh! Esa sí que me supo a gloria.
sábado, 5 de diciembre de 2015
¡MALDITAS VACACIONES!, por Inés Vázquez.
El verano es un tiempo de descanso, tranquilidad,
diversión… ¡Eso era antes! Ahora es una especie de tortura porque tienes que
estar en una maldita residencia, con enfermeras que te tratan como si tuvieras
tres años y viejos que solo hablan de lo mal que está España y de lo mal que
les cae su yerno. ¿Ir a la piscina? Allí haces el bobo con una pelota hinchable y ves a
señoras mayores con arrugas y celulitis en las piernas. ¡Ni siquiera puedes
nadar! Lo único
que se puede hacer en esta maldita residencia es jugar a las cartas, al ajedrez
o al parchís, y casi todos mis contrincantes se quedan dormidos a los diez
minutos. Lo peor es cuando viene tu familia de visita y todos tienen prisa por
irse porque tienen otros planes, como ir a la playa, al parque a tirar globos
de agua… ¡Demonios! Añoro esas vacaciones en las que era un chaval y estaba
todos los días fuera de casa, acompañado por los amigos y alguna chica guapa.
viernes, 6 de noviembre de 2015
lunes, 19 de octubre de 2015
A BRUMA DOR
A aquel
profesor tan querido.
Así que te
es demasiado. Qué duro. Qué ola te cae encima. La espesa niebla te ha rodeado.
Abrumado
te encuentras.
Qué mal
sentido, desvalorado esfuerzo. Pésima explicación. Desganado recibimiento.
“¡Abrumado
me encuentro!”
Así que
arrollador es lo que pienso y te escribí con esmero. Qué orgullo herido. Qué
decepción tu respuesta y estilo.
¿Abrumador
lo que escribo?
Son tus
puertas demasiado estrechas que no dejan pasar ni el aguacero más fino. Ni
húmedo estas siquiera.
¿Abrumador?
Un comino.
lunes, 14 de septiembre de 2015
GABRIEL CELAYA. La poesía es un arma cargada de futuro.
Cuando ya nada se espera personalmente exaltante,
mas se palpita y se sigue más acá de la conciencia,
fieramente existiendo, ciegamente afirmando,
como un pulso que golpea las tinieblas,
cuando se miran de frente
los vertiginosos ojos claros de la muerte,
se dicen las verdades:
las bárbaras, terribles, amorosas crueldades.
Se dicen los poemas
que ensanchan los pulmones de cuantos, asfixiados,
piden ser, piden ritmo,
piden ley para aquello que sienten excesivo.
Con la velocidad del instinto,
con el rayo del prodigio,
como mágica evidencia, lo real se nos convierte
en lo idéntico a sí mismo.
Poesía para el pobre, poesía necesaria
como el pan de cada día,
como el aire que exigimos trece veces por minuto,
para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica.
Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan
decir que somos quien somos,
nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno.
Estamos tocando el fondo.
Maldigo la poesía concebida como un lujo
cultural por los neutrales
que, lavándose las manos, se desentienden y evaden.
Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta
mancharse.
Hago mías las faltas. Siento en mí a cuantos sufren
y canto respirando.
Canto, y canto, y cantando más allá de mis penas
personales, me ensancho.
Quisiera daros vida, provocar nuevos actos,
y calculo por eso con técnica qué puedo.
Me siento un ingeniero del verso y un obrero
que trabaja con otros a España en sus aceros.
Tal es mi poesía: poesía-herramienta
a la vez que latido de lo unánime y ciego.
Tal es, arma cargada de futuro expansivo
con que te apunto al pecho.
No es una poesía gota a gota pensada.
No es un bello producto. No es un fruto perfecto.
Es algo como el aire que todos respiramos
Son palabras que todos repetimos sintiendo
como nuestras, y vuelan. Son más que lo mentado.
Son lo más necesario: lo que no tiene nombre.
Son gritos en el cielo, y en la tierra son actos.
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